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SAN SALVADOR, EL SALVADOR.- El Presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inauguró el martes (31/01/23) el Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT), la cárcel más grande de Latinoamérica que fue construida para la reclusión de integrantes de pandillas.

‘LA MÁS GRANDE DE AMÉRICA’

La megacárcel, cuyo costo no se ha revelado, fue construida en una zona rural aislada en un valle cercano a Tecoluca, a 74 kilómetros al sureste de San Salvador. El predio de 166 hectáreas tiene una decena de pabellones que ocupan 23 hectáreas.

Llamada por el Gobierno “Centro de Confinamiento del Terrorismo”, posee sistemas de vigilancia con circuitos de video y escáner para la revisión de quienes ingresen.

“Se trata de la cárcel más grande de toda América”, destacó el Ministro de Obras Públicas, Romeo Rodríguez.

La prisión posee un muro perimetral de 2.1 kilómetros, que será vigilado día y noche por 600 soldados y 250 policías. En el interior la seguridad estará a cargo de guardias de la Dirección General de Centros Penales.

Las celdas son de concreto reforzado y tienen gruesos barrotes de acero. La prisión cuenta con pozos propios para extraer agua potable. Equipos electrónicos bloquearán las señales de teléfonos celulares impidiendo la comunicación desde el penal.

RECLAMO DE BUKELE

Bukele afirmó que los Gobiernos salvadoreños anteriores tenían a los pandilleros presos con prostitutas, con equipos de PlayStation, con pantallas, con teléfonos celulares, con computadoras. “Premiando al delincuente”, aseveró.

Es una gigantesca obra realizada en tan solo siete meses, y que además es una pieza fundamental para ganar por completo la guerra contra pandillas”.

Nayib Bukele, Presidente de El Salvador.

63,000 personas han sido detenidas en la guerra contra las pandillas de Bukele, según ONG’s.

El Mandatario no precisó cuándo serán trasladados a la megacárcel los primeros presuntos pandilleros detenidos en el marco de la guerra contra las pandillas.

Los masivos arrestos, criticados por organizaciones de derechos humanos, se amparan en un régimen de excepción que permite detenciones sin orden judicial. Fue aprobado por el Congreso a instancias de Bukele en respuesta a una escalada homicida que cobró la vida de 87 personas del 25 al 27 de marzo pasado.

El viernes, la organización Human Rights Watch (HRW) denunció que en las cárceles salvadoreñas hay un “hacinamiento extremo” como consecuencia de las detenciones sin orden judicial de sospechosos.

La veintena de cárceles del país tiene actualmente capacidad para 30 mil presos. Bukele había dicho inicialmente que la megacárcel estaría terminada en septiembre.

En cambio, para el director de la ONG Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, Miguel Montenegro, la megaprisión “es una vergüenza para el país”.

“El Gobierno se jacta de tener la cárcel más grande de América Latina, lo cual no es un orgullo sino un cuestionamiento que conlleva riesgos de hacinamiento y violencia”, comentó Montenegro, afirmando que hay que combatir las pandillas “utilizando métodos que sí lleven a la readaptación”.

El rector de la jesuita Universidad Centroamericana, Andreu Oliva, consideró que el Gobierno debe apostar por la “rehabilitación” de los reclusos, pues “merecen una segunda oportunidad”.

“La función del sistema penitenciario es cambiar a las personas”, sostuvo Oliva.

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