Por Evelyn Hecard

En el panorama político de Tamaulipas, la oposición, liderada por el Partido Acción Nacional (PAN), sigue demostrando su incapacidad para conectar con la ciudadanía, hundiéndose en un mar de calumnias y falsedades.

Derrotados en las urnas y alejados de la confianza del pueblo, su estrategia más recurrente es ahora la mentira. Frente a su fracaso, intentan ensuciar el nombre de quienes sí están trabajando por un verdadero cambio.

Una de las últimas víctimas de esta guerra sucia ha sido Américo Villarreal Santiago, actual Delegado de Bienestar en Coahuila. Los panistas, ante la imposibilidad de ofrecer propuestas convincentes, han recurrido a acusaciones que no solo carecen de fundamento, sino que buscan desinformar y manipular a la opinión pública.

En las últimas semanas, un escándalo fabricado en torno a un supuesto vínculo de Villarreal Santiago con un detenido en Brownsville, el 27 de enero, ha sido el centro de las calumnias. Sin embargo, es totalmente falso que exista alguna relación entre Américo y la persona mencionada.

Las acusaciones carecen de pruebas y no son más que un montaje de desesperados que no saben cómo enfrentar el avance imparable de la transformación que se está llevando a cabo en Tamaulipas.

Es aún más alarmante la manipulación mediática que han intentado generar con una fotografía que, de acuerdo con informes, ni siquiera corresponde a la persona que se menciona en las acusaciones. Sin embargo, los panistas, expertos en guerra sucia, continúan difundiendo esta falsedad, con el único objetivo de engañar a la ciudadanía y desviar la atención de los verdaderos temas que preocupan a los tamaulipecos.

Lo que realmente está en juego para el PAN no son los intereses de Tamaulipas ni la justicia, sino su miedo al cambio. Miedo al avance que promueve la Cuarta Transformación en el estado y en el país, y al trabajo de figuras como Américo Villarreal Santiago, que han demostrado su compromiso con la lucha contra la corrupción y la impunidad.

Y es que la corrupción en Tamaulipas durante el periodo en que el PAN gobernó fue un tema ampliamente documentado. Un claro ejemplo de ello fue el caso de los “moches” en la administración del exgobernador panista, donde altos funcionarios del gobierno estatal cobraban sobornos a empresas constructoras a cambio de la adjudicación de contratos públicos. Esto no solo perjudicó las finanzas del estado, sino que también generó un clima de desconfianza y opacidad que aún persiste en la memoria de los tamaulipecos. A pesar de las investigaciones que se han realizado sobre estos hechos, muchos de los responsables siguen sin rendir cuentas ante la justicia.

Lo que quieren es desviar la atención de estos hechos y sembrar la confusión entre los ciudadanos, sabedores de que, sin propuestas viables, su única carta es la calumnia. Pero, a pesar de sus intentos por frenar el progreso con mentiras, el camino sigue adelante.

El cambio en Tamaulipas sigue avanzando sin pausa, la voluntad del pueblo es más fuerte que las mentiras que intentan difundir. La oposición, incapaz de ofrecer soluciones, solo puede recurrir a la calumnia. Pero la historia los juzgará, y no lograrán detener lo que ya es una realidad: la transformación sigue su marcha.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *